PARAISO.
Sobre el trigo moreno de protuberantes senos,
airoso resalta el púrpura de erguidos pezones,
castas bellezas incitando a eróticos desenfrenos,
subyugando los sentidos tan sensuales emociones.
El ocre trigueño de tu cuerpo esbelto y macizo,
muestra sin escrúpulos tan apetecidas delicias,
cuál sugestivo árbol plantado en soñado Paraíso,
ofertando de su codiciado fruto sus lascivias.
Incitante desnudez de formas generosas,
serena insinuación a gratificante pecado.
¿Cómo resistirse a la belleza de las Rosas?
sin pensar en el espolón por ellas incrustado
Es la abstinencia derroche de excitantes apetitos,
bellezas plantadas en sublime paisaje del deseo,
silentes mis labios los sentimientos clamando a gritos,
y sin verte ni tocarte en nocturnales delirios te poseo.
En esta adoración ya no se si eres Paraíso o Averno,
has tatuado en mi alma las sutiles mieles del deseo,
el ansia de poseerte y vivirte mi tormento eterno
y es tu ausencia, vacío delirio insatisfecho devaneo.
Autor: VICTOR A. ARANA,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Marzo 6 del 2010.