ELLA ES MI MADRE.
Cuántas mujeres se aman en la vida,
y cada una pasa dejando su huella,
nos dan ese amor que pronto se olvida,
a veces hiriendo cómo la rosa mas bella.
Más tengo una mujer, tierna y pura,
que es mi sol, mi estrella y mi luna,
aquella que de sus senos mamé su ternura
y que con eterno amor me meció en la cuna.
Esa mujer que no olvida y ama en el olvido,
que nunca reclama y está siempre dispuesta,
en soledad y ausencia no me da por perdido
y si merecerlo siempre me abre su puerta.
Ella es la mujer por la que suspirando vivo,
la que nunca pide pero siempre prodiga,
Ella quién me da de comer sin haber comido,
restando importancia a lo que de mi se diga.
A ella no le importa el paso del tiempo,
a pesar de mis canas me ve tan lozano,
me besa, me abraza y me ama en silencio
y sin prejuicio acaricia mi frente su mano.
Por eso mujer eterna para mi solo una,
esa que conocí en los umbrales de vida,
la que hizo de mi Padre sol de su luna,
engendrándome con ilusión bendecida.
Ella es mi Madre, Viejecita Santa y Pura,
aliento a mi vida y de mis males la cura,
siempre a mi lado prodigando dulzura,
amor que trascenderá vida y sepultura.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Octubre 17 del 2010.